La querida residente de Viena Joyce Kistler, de 83 años, fallece después de la batalla contra el Alzheimer
Este artículo cubre la vida de Joyce Kistler, quien falleció a los 83 años, destacando su familia, su carrera y la importancia de la concienciación sobre el Alzheimer.

La querida residente de Viena Joyce Kistler, de 83 años, fallece después de la batalla contra el Alzheimer
Joyce Ann Kistler, madre, abuela y bisabuela de 83 años, falleció el 12 de julio de 2025 en The Inn at Walker Mill después de una larga batalla contra la enfermedad de Alzheimer. Con raíces en Warren, Ohio, Joyce nació el 21 de febrero de 1942, hija de Robert Russell y Glennes Lovisa Elser Baldwin. Vivió una vida rica en familia y comunidad, se graduó de Maplewood High School en 1960 y se casó con Thomas H. Kistler apenas un año después, el 30 de junio de 1961. Su viaje los llevó de La Meca a Viena, donde disfrutaron más de seis décadas juntos antes del fallecimiento de Thomas el 20 de octubre de 2022.
La vida profesional de Joyce estuvo marcada por su dedicación al Distrito Escolar Mathews, donde trabajó como conductora de autobús escolar durante más de 20 años después de trabajar inicialmente en Packard. Fue miembro activo de la Iglesia Presbiteriana de Viena y tocó muchas vidas a través de su compromiso de servicio. Su amor por la familia se hizo patente en el tiempo que pasó con sus hijas, nietos y bisnietos, junto a su querida gata, Stella.
Un legado de compasión
Su familia siente profundamente su fallecimiento, que incluye a sus hijas Jane (Bob) Davidson, Jill Joseph, Lynda (Don) Feren, así como a seis nietos y tres bisnietos. A Joyce también le sobreviven sus hermanas Sandy Barthel y Nancy Lesh, mientras que le precedieron en la muerte su esposo, yerno Eric Joseph, su hermano Bobby Baldwin y su hermana Donna Kinderman.
Los servicios para Joyce están programados para las 11 a. m. del 16 de julio de 2025, con un horario de atención de 10 a 11 a. m. en Kyle Funeral Homes, Vienna Chapel. En su memoria, la familia alienta las contribuciones conmemorativas al Capítulo de la Asociación de Alzheimer del Gran Este de Ohio, destacando la creciente necesidad de concientización y apoyo en torno a esta desafiante enfermedad.
Comprender la enfermedad de Alzheimer
La circunstancia del fallecimiento de Joyce Kistler arroja luz sobre un problema apremiante que afecta a muchas familias en todo el país. Estudios recientes revelan que el 83% de los adultos estadounidenses expresan preocupación por desarrollar Alzheimer, y el 12% experimenta una ansiedad significativa relacionada con la enfermedad. También surgen disparidades en la conciencia, ya que los hispanoamericanos exhiben los niveles más altos de preocupación (el 29% expresa mucha preocupación), seguidos por los nativos americanos (14%), mientras que sólo el 9% de los estadounidenses blancos informan niveles similares de preocupación. Las cifras nos recuerdan que el Alzheimer es una preocupación generalizada, no sólo para las personas diagnosticadas, sino también para las familias y comunidades.
Sin embargo, existe una brecha considerable en el conocimiento. Sólo el 16% de los estadounidenses afirman comprender bien el Alzheimer, e incluso el conocimiento sobre el deterioro cognitivo leve (DCL) sigue siendo bajo. Es esencial que las personas busquen un diagnóstico temprano, ya que el 99% de los estadounidenses lo consideran importante. La realidad es que muchos prefieren saber acerca de la enfermedad de Alzheimer antes de que se manifiesten los síntomas, lo que refleja el deseo de planificar y responder de manera proactiva a posibles desafíos futuros.
Fomentar el diagnóstico temprano
Se insta a los profesionales de la salud a centrarse en la detección temprana, que es fundamental tanto para los pacientes como para los cuidadores. Como se encontró en una revisión, diagnosticar la enfermedad de Alzheimer antes puede afectar significativamente la planificación de la atención futura y mejorar la calidad de vida en general. Sin embargo, existen numerosos desafíos. Los médicos a menudo enfrentan limitaciones de tiempo y muchos síntomas se pasan por alto y se atribuyen incorrectamente al envejecimiento normal. Esto pone de relieve la necesidad crítica de mejorar los procesos de diagnóstico y una mayor integración de la atención en todas las disciplinas clínicas.
El interés público en el cribado cognitivo es alto: el 59% de las personas cree en su importancia. Además, el 90% de los adultos estaría ansioso por participar en pruebas médicas sencillas para evaluar su riesgo de padecer Alzheimer. A medida que surgen avances en las opciones de tratamiento, es esencial que las personas se mantengan informadas y proactivas.
En última instancia, el fallecimiento de Joyce Kistler no es sólo una pérdida para su familia, sino también una oportunidad para reflexionar y abordar los desafíos que plantea la enfermedad de Alzheimer. Con una mayor concientización y promoción, hay esperanza de un mejor apoyo y tratamientos futuros para aquellos afectados por esta condición debilitante.