Red multimillonaria de fraude de facturas militares desmantelada: ¡seis acusados en Orlando!
Seis personas, incluido Kyle Kotecha de Apopka, enfrentan cargos en un plan de fraude multimillonario al GI Bill, explotando los beneficios educativos de los veteranos.

Red multimillonaria de fraude de facturas militares desmantelada: ¡seis acusados en Orlando!
En una redada reciente que ha llamado la atención en todo el país, seis personas han sido acusadas de un importante plan que supuestamente defraudó al Departamento de Asuntos de Veteranos (VA) de EE. UU. y a estudiantes veteranos con millones en beneficios de matrícula del GI Bill. Esta acusación fue anunciada por el fiscal federal Gregory W. Kehoe en Orlando, arrojando luz sobre una tendencia preocupante que está muy extendida en algunas instituciones educativas con fines de lucro que se aprovechan de los veteranos vulnerables que buscan una educación de calidad.
Las personas implicadas incluyen un grupo diverso de varios estados: Zachary Somers Hiscock (41, Arizona), Timothy Slater (66, Illinois), Nikhil Patel (48, Missouri), Gangadhar Bathula (59, Virginia), Arif Hasan Sayed (54, California) y el residente local Kyle Blake Kotecha (38, Apopka, Florida), quien firmó un acuerdo de culpabilidad. Se enfrentan a cargos graves que incluyen conspiración para cometer fraude electrónico y múltiples cargos de fraude electrónico, con posibles penas de prisión de hasta 20 años por cada cargo si son declarados culpables. Cada acusado supuestamente jugó un papel en eludir las regulaciones del VA diseñadas para proteger a los veteranos de prácticas predatorias.
Explotación de veteranos
De acuerdo a TampaFP, el acusado orquestó un plan principalmente a través de escuelas sin título universitario con fines de lucro que ofrecían cursos en campos como ciberseguridad y codificación informática, que fueron aprobados para los beneficios de GI Bill. Sin embargo, se dice que estas instituciones han incurrido en prácticas engañosas, como la contratación basada en comisiones, que está estrictamente prohibida, y la creación de registros falsos para ocultar la verdad a los auditores del VA.
Se informa que Kotecha, actuando como reclutador, recibió alrededor del 25% de los beneficios de los estudiantes veteranos que reclutó, lo que profundizó aún más el engaño del plan. Es alarmante que las tasas de matrícula para estos cursos cortos, que duran sólo de 8 a 13 semanas, se dispararon cerca del límite de 24.000 dólares, pero sólo una pequeña fracción de los que se inscribieron alguna vez lograron o lograron obtener certificaciones.
Las consecuencias financieras son asombrosas, ya que las escuelas involucradas enfrentan la pérdida de $19,232,390 en beneficios del GI Bill obtenidos de manera fraudulenta. Kotecha acordó entregar 3.965.264,34 dólares, que reflejan sus ganancias personales de esta operación ilícita, según la acusación.
Casos de fraude relacionados
La reciente acusación no es un incidente aislado sino parte de un problema más amplio dentro del sistema educativo que atiende a los veteranos. En octubre de 2023, como destaca VAOIG, Estados Unidos obtuvo una sentencia civil de casi 1 millón de dólares contra April Tucker Beard, una operadora de una escuela de barbería acusada de certificar falsamente 1.500 horas de instrucción mientras cobraba honorarios exorbitantes a estudiantes veteranos. Este caso subraya el problema actual del fraude educativo que afecta a los veteranos.
Destacando aún más la magnitud de ese fraude, Tiempos militares informó la sentencia de Michael Bostock, ex director ejecutivo de la Academia Técnica de California. Bostock fue condenado por defraudar al programa GI Bill posterior al 11 de septiembre por una suma de casi 105 millones de dólares, lo que lo convierte en uno de los casos de fraude más grandes jamás vistos. Los educadores actuales y anteriores involucrados en esquemas como estos a menudo manipulan las estadísticas de inscripción, tergiversan la asistencia e incluso se hacen pasar por estudiantes durante las investigaciones para enmascarar sus irregularidades.
A medida que continúan las investigaciones, los organismos reguladores y policiales hacen considerable hincapié en la necesidad de proteger los beneficios educativos destinados a los veteranos. El agente especial David Spilker ha advertido contra la explotación del GI Bill, un programa que debería servir a los veteranos, no convertirse en un vehículo para el engaño.
Esta ola de casos de fraude sirve como un claro recordatorio de que la vigilancia es esencial para proteger los derechos y recursos de quienes han servido a nuestro país. Vigilar atentamente las instituciones educativas es más fundamental que nunca para garantizar que nuestros veteranos reciban la educación de calidad que merecen.