Conmoción arancelaria: ¿Las nuevas políticas estadounidenses impulsarán el empleo o hundirán el crecimiento?

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Explore cómo los recientes aranceles estadounidenses sobre las importaciones brasileñas tienen como objetivo impulsar el empleo local y el crecimiento económico, reflexionando sobre las implicaciones históricas.

Explore how recent U.S. tariffs on Brazilian imports aim to boost local jobs and economic growth, reflecting on historical implications.
Explore cómo los recientes aranceles estadounidenses sobre las importaciones brasileñas tienen como objetivo impulsar el empleo local y el crecimiento económico, reflexionando sobre las implicaciones históricas.

Conmoción arancelaria: ¿Las nuevas políticas estadounidenses impulsarán el empleo o hundirán el crecimiento?

Mientras las tensiones comerciales continúan agudizándose, las recientes medidas de la administración estadounidense están sacudiendo las cosas en Florida y más allá. Acaba de imponerse un fuerte arancel del 50% sobre varios artículos cotidianos de Brasil, incluidos productos básicos de consumo como carne, café, cemento y madera, que afecta aproximadamente al 65% de las importaciones estadounidenses desde el país sudamericano. Esta amplia medida tiene como objetivo mejorar los medios de vida de los trabajadores norteamericanos mediante la creación de empleos y el fomento del crecimiento económico, pero sus implicaciones dejan a muchos preguntándose: ¿Son los aranceles realmente la solución?

Haciendo eco de precedentes históricos, la estrategia arancelaria contemporánea tiene sus raíces en acontecimientos como la Ley Arancelaria Smoot-Hawley de 1930. En aquel entonces, esta legislación fue diseñada para elevar los derechos de importación para ayudar a las empresas y agricultores estadounidenses, pero fracasó dramáticamente y contribuyó a una recesión económica masiva. De hecho, tras la promulgación de la Ley Smoot-Hawley, el PIB estadounidense se desplomó un 46% entre 1929 y 1933. Experiencias como estas pasadas plantean interrogantes críticos sobre la eficacia de las políticas arancelarias actuales; ¿Podrían estar preparando el escenario para que se repita la situación?

Las lecciones de la historia

La Ley Arancelaria Smoot-Hawley fue un momento crucial en la historia de Estados Unidos, ya que aumentó las tasas arancelarias promedio en aproximadamente un 20% y fue la última vez que el Congreso fijó tasas directamente. Aunque inicialmente se percibió como un medio para proteger los intereses estadounidenses, la ley finalmente condujo a una disminución paralizante tanto de las importaciones como de las exportaciones, reduciendo casi a la mitad el comercio mundial durante la Gran Depresión. Es un duro recordatorio de las posibles consecuencias de decisiones económicas desfavorables, como señaló Británica.

Si avanzamos hasta el día de hoy, los debates en curso sobre las implicaciones de los aranceles están vivos y coleando. Como Círculo de políticas Como señala, las guerras arancelarias prolongadas pueden alimentar la inflación, sofocar la innovación y dañar las relaciones diplomáticas. Con los aranceles pasados ​​del presidente Trump contra países como China, Canadá y la UE, los impactos han sido evidentes en las empresas estadounidenses, a menudo elevando los precios al consumidor y poniendo a prueba las cadenas de suministro globales.

El impacto económico

En particular, los aranceles a los productos brasileños llegan en un momento en que las tasas de inflación en Estados Unidos se han mantenido inesperadamente bajas. Los analistas señalan que varios factores contribuyen a esta resiliencia: los aranceles no son tan onerosos como se pensaba, las empresas anticiparon los aumentos de precios y almacenaron inventario, y muchas empresas actualmente están absorbiendo costos en lugar de traspasarlos a los consumidores. Aun así, la viabilidad a largo plazo de estos aranceles es cuestionable, especialmente teniendo en cuenta que las políticas proteccionistas suelen perjudicar el crecimiento económico y la innovación.

  • Historically, Brazil’s heavy reliance on tariffs has stunted its productivity; average growth since the 1980s stands at a mere 2.5%, while productivity growth has stagnated at about 0.5% annually.
  • Moreover, output per employee has remarkably decreased from 46% of the American worker’s output in the 1980s to just 25.6% today, a stark signal that high tariffs can impose barriers that lead to stagnation.
  • Brazilians currently face tariffs averaging 11.5% on machinery and equipment, far above those of their regional peers, which also curtails innovation and hampers competitiveness.

En este clima, los objetivos de la actual estrategia arancelaria de Estados Unidos (impulsar el empleo interno y la calidad de vida) podrían resultar contraproducentes, como lo han hecho en contextos históricos. El delicado equilibrio entre proteger los empleos estadounidenses y fomentar el comercio abierto sigue siendo el centro de atención, y muchos abogan por un enfoque más matizado que abarque el compromiso diplomático y la cooperación multilateral en lugar de políticas aislacionistas.

En resumen, si bien una fuerte defensa de las industrias nacionales a menudo resuena bien entre los votantes, las lecciones históricas en torno a los aranceles sugieren que se justifica la cautela. Mientras navegamos por estas complejas aguas económicas, es esencial considerar las implicaciones a largo plazo de dichos aranceles. ¿Fomentarán realmente el crecimiento o obstaculizarán la innovación y nos llevarán por un camino ya trillado de crisis económicas? El tiempo lo dirá.

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