Hombre de West Palm Beach recibe 7 años más por atacar a un testigo en la cárcel
Remy St Felix, sentenciado a 53 años, lideró violentas invasiones de viviendas criptográficas en todo Estados Unidos, lo que representa una grave amenaza para la justicia.

Hombre de West Palm Beach recibe 7 años más por atacar a un testigo en la cárcel
Remy St Felix, un joven de 25 años de West Palm Beach, ha estado en los titulares por razones equivocadas. Tras una serie de violentos robos con invasión de viviendas dirigidos a poseedores de criptomonedas, ahora se enfrenta a una sentencia de prisión federal ampliada. Originalmente sentenciado a 47 años, St Felix agregó seis años y 10 meses adicionales debido a su brutal agresión a un testigo que testificó en su contra en su caso en curso. Esta última sentencia fue destacada por CW34 y subraya la gravedad de sus actividades delictivas.
La sentencia adicional de San Félix se dictó después de que atacara a un testigo inmovilizado, conocido como "Testigo-1", en un centro de detención de Carolina del Norte. Lo sorprendente es que no sólo agredió a la víctima sino que también se jactó del ataque ante sus familiares, lo que ilustra un flagrante desprecio por la ley y por quienes intentan hacerla respetar.
El oscuro mundo de los crímenes con criptomonedas
El equipo de allanamiento de morada, bajo el liderazgo de St Felix, atacó a víctimas en varios estados desde septiembre de 2022 hasta julio de 2023. Junto con sus asociados, utilizó servicios de mensajería cifrada para planificar y ejecutar sus ataques, que a menudo implicaban violencia espantosa y tortura psicológica. De acuerdo a Laboratorios TRM, St Felix y sus colaboradores robaron más de 3,5 millones de dólares mediante métodos sofisticados que incluían el intercambio de SIM y enfrentamientos directos con las víctimas, algunas de las cuales incluso se vieron obligadas a liquidar sus activos en criptomonedas bajo coacción.
En un caso particularmente desgarrador, San Félix y otro perpetrador ataron a una víctima y amenazaron a su cónyuge, lo que resultó en más de $150,000 en criptomonedas robadas. Estos focos de tensión han hecho sonar las alarmas sobre la creciente brutalidad asociada con el cibercrimen. De hecho, la tripulación de St Felix aumentó las apuestas, pasando del robo tecnológico a la violencia absoluta, como lo confirman ambos. CW34 y laboratorios TRM.
El impacto más amplio del criptocrimen
Es difícil ignorar el contexto más amplio de estos crímenes. Según un informe de CoinLedger, las actividades ilícitas de criptomonedas registraron un asombroso flujo de 51 mil millones de dólares hacia billeteras utilizadas indebidamente solo en 2024. Las monedas estables ahora lideran la carga, superando a Bitcoin en transacciones criminales, lo que indica claramente un cambio en la forma en que opera el crimen digital. A lo largo de los años, el robo de criptomonedas ha evolucionado, alcanzando un máximo de 3.700 millones de dólares en 2022 y luego fluctuando, pero manteniéndose alarmantemente alto en los años siguientes. ¿Qué significa esto para el futuro? Si las tendencias actuales continúan, podríamos estar ante un robo anual de criptomonedas de más de 100 mil millones de dólares para 2040.
San Félix no está solo en este mundo nefasto. Un total de 13 cómplices se han declarado culpables en casos relacionados, haciéndose eco de una preocupante tendencia de delitos profundamente entrelazados con las criptomonedas. Mientras el Departamento de Justicia continúa tomando medidas drásticas contra estos esquemas violentos, el compromiso de salvaguardar a los testigos y procesar los delitos violentos cibernéticos es más pertinente que nunca. Después de todo, con tanto en juego, hay mucho en riesgo, no sólo para las víctimas sino para el tejido mismo de la justicia.
La historia de Remy St Felix puede servir como advertencia sobre el lado oscuro del auge de las criptomonedas. En un mundo donde la tecnología y el crimen convergen, la vigilancia es clave. A medida que el panorama evoluciona, también deben hacerlo nuestras estrategias para abordar estas amenazas emergentes.