Ocurre una tragedia: una estudiante kogi muere durante un aborto en una clínica local
Una estudiante del Politécnico de Kogi murió durante un aborto fallido en una clínica de Lokoja, lo que provocó una investigación policial y el arresto del dueño de la clínica.

Ocurre una tragedia: una estudiante kogi muere durante un aborto en una clínica local
Un acontecimiento trágico tuvo lugar a principios de esta semana en Lokoja, estado de Kogi, donde una estudiante de 26 años del Politécnico del estado de Kogi perdió la vida durante un procedimiento de aborto. El incidente ocurrió el 26 de agosto de 2025 en una clínica privada ubicada en el área de Sarkin Noma. A pesar de haber completado con éxito el procedimiento, la joven sucumbió poco después a causa de un sangrado excesivo. Los esfuerzos del personal médico para controlar la situación no tuvieron éxito, lo que provocó un desenlace desgarrador en el que el estudiante finalmente murió desangrado.
A raíz del incidente, la policía local intervino, documentó el suceso y aseguró al propietario de la clínica, que ahora se encuentra bajo custodia en el Departamento de Investigación Criminal del Estado (CID) en Lokoja para una mayor investigación. Mientras tanto, se informó que la administración del Politécnico Estatal de Kogi no tenía conocimiento previo de la terrible experiencia, ya que actualmente se encuentran de vacaciones. Uredo Omale, director de Relaciones Públicas y Protocolo, afirmó que la institución quedó sorprendida por la preocupante noticia. Los intentos de comunicarse con el oficial de relaciones públicas de la policía estatal, SP Williams Ovye, para obtener confirmación adicional se vieron obstaculizados por una línea telefónica inaccesible.
Leyes de aborto y prácticas inseguras
Este inquietante caso ilumina un problema más amplio relacionado con las prácticas de aborto en Nigeria. De acuerdo a PMC, el aborto sigue siendo ilegal en Nigeria, excepto en circunstancias en las que la vida de la madre esté en riesgo. Desafortunadamente, regulaciones tan estrictas no frenan la práctica sino que la empujan a la clandestinidad, convirtiéndola en una experiencia peligrosa para muchas mujeres.
Los infractores, tanto mujeres como proveedores, se enfrentan a penas severas: las mujeres corren el riesgo de recibir hasta siete años de prisión, mientras que los proveedores de servicios podrían ser condenados a hasta 14 años. Las complicaciones derivadas de abortos inseguros han ido en aumento, particularmente entre mujeres de veintitantos años que a menudo carecen de educación formal y oportunidades de empleo. Estas mujeres recurren a personal no calificado para los procedimientos, utilizando métodos peligrosos que plantean importantes riesgos para la salud.
La realidad es que los abortos inseguros contribuyen a aproximadamente el 30% de las tasas de mortalidad materna en Nigeria, según lo informado por BMC Salud Pública. Comúnmente se emplean métodos inseguros, que a veces implican objetos punzantes o la inserción de cuerpos extraños, prácticas que pueden provocar complicaciones graves y estancias hospitalarias prolongadas. En particular, alrededor del 25% de las mujeres que se someten a procedimientos tan inseguros enfrentan resultados que ponen en peligro su vida.
Un llamado a la reforma
A pesar del reconocimiento de estos peligros, sólo el 20% de los políticos apoya la reforma legal en torno a las leyes sobre el aborto, con una resistencia significativa proveniente de organizaciones religiosas y antiaborto. Los esfuerzos para modificar las leyes existentes han encontrado oposición frecuente, y los intentos anteriores de introducir leyes más progresistas se han estancado o han sido derogados.
Es posible que las leyes actuales no reduzcan eficazmente las tasas de aborto; en cambio, fomentan prácticas inseguras con consecuencias nefastas. Grupos de defensa como la Asociación Médica de Nigeria y la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Nigeria están presionando por una reforma que permita el aborto previa solicitud dentro del primer trimestre, junto con un mejor acceso a los anticonceptivos. Los esfuerzos de colaboración entre varios sectores son cruciales para abordar este problema apremiante.
Mientras reflexionamos sobre la desgarradora pérdida de una vida joven en Lokoja, queda claro que hay algo que decir a favor de una reevaluación seria de nuestras leyes y prácticas de aborto. El objetivo debería ser proteger la salud y los derechos de las mujeres, brindándoles opciones seguras y legales en lugar de obligarlas a situaciones peligrosas. Que esta tragedia sirva como catalizador del cambio en el estado de Kogi y más allá.