Trump resuelve demanda de 30 millones de dólares por tiroteo en el Capitolio contra Ashli Babbitt
La familia de Ashli Babbitt llega a un acuerdo en una demanda por muerte por negligencia por 5 millones de dólares después de su tiroteo durante los disturbios en el Capitolio el 6 de enero de 2021.

Trump resuelve demanda de 30 millones de dólares por tiroteo en el Capitolio contra Ashli Babbitt
Las tumultuosas secuelas del motín del 6 de enero en el Capitolio continúan desarrollándose, con acontecimientos recientes centrados en Ashli Babbitt, la veterana de la Fuerza Aérea que recibió un trágico disparo mientras asaltaba el Capitolio. En un giro digno de mención, la Fuerza Aérea de los EE. UU. decidió otorgar a Babbitt todos los honores militares, un gesto provocado por las críticas por su negativa inicial de estos honores. Según T-Online, Matthew Lohmeier, un alto representante de la Fuerza Aérea, se acercó a la familia de Babbitt para abordar sus preocupaciones y expresar sus condolencias.
En materia de gobernanza y asuntos legales, se están llevando a cabo importantes debates. La administración Trump acordó preliminarmente resolver una demanda por muerte por negligencia presentada por la familia de Babbitt por casi $5 millones, según informó AP News. La demanda surgió de las circunstancias que rodearon el disparo de un oficial de la Policía del Capitolio, que actuó durante el caos del motín. El acuerdo aún espera los detalles finales, pero marca el fin de la ambiciosa reclamación de 30 millones de dólares de la familia por la muerte de Babbitt.
Desembalaje del acuerdo
Los detalles que rodean este asentamiento han llamado la atención, particularmente desde que Ashli Babbitt, que no estaba armada durante el incidente, intentaba traspasar una entrada barricada cuando le dispararon. Desde entonces, el oficial involucrado ha sido absuelto de cualquier delito, según lo determinado tanto por la Fiscalía de los Estados Unidos como por la Policía del Capitolio de los Estados Unidos. Concluyeron que actuó en defensa propia, temiendo por su vida y la seguridad de los miembros del Congreso durante la infracción.
Los críticos del acuerdo, incluido el jefe de la policía del Capitolio, Tom Manger, han expresado su preocupación por las implicaciones potencialmente negativas que esto podría tener en la percepción que las fuerzas del orden tienen de sus acciones durante eventos tan intensificados. El sentimiento de Manger refleja las tensiones actuales sobre el papel de la policía durante las protestas y disturbios, especialmente aquellos que desafían el tejido mismo de las instituciones democráticas.
Implicaciones más amplias
Más allá del drama judicial que rodea a la familia de Babbitt, las ramificaciones políticas y sociales están en movimiento. Una legislación reciente ha abolido el límite libre de impuestos para paquetes internacionales valorados en menos de 800 dólares, cambiando la forma en que Estados Unidos supervisa los productos importados. Al mismo tiempo, la administración del presidente Trump está haciendo frente a una amenaza inminente que representan los servicios postales. Esta medida pretende cerrar una “laguna jurídica” que, según el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, ha sido un canal para el flujo de sustancias peligrosas hacia Estados Unidos.
Además, el FBI ha intensificado su investigación sobre un reciente tiroteo durante un servicio escolar en Minneapolis, donde ahora considera el suceso un acto de terrorismo interno. Estos incidentes han provocado debates sobre la seguridad nacional y cómo los actos impulsados por el odio amenazan a la comunidad. Difícilmente se pueden pasar por alto los preocupantes signos de un creciente extremismo en Estados Unidos, y la muerte de Babbitt no hace más que añadir más leña a un fuego ya rugiente de discordia social.
Los acontecimientos que rodean a Ashli Babbitt, entrelazados con cambios legislativos y desafíos para el cumplimiento de la ley, muestran una nación que lucha contra divisiones cada vez más profundas. Estos acontecimientos nos recuerdan que las consecuencias del 6 de enero siguen dando forma al panorama político de Estados Unidos, obligando a las comunidades a enfrentar verdades incómodas sobre el activismo, la gobernanza y la seguridad pública.
A medida que avanzamos, uno se pregunta: ¿qué lecciones aprenderá Estados Unidos de este tumultuoso pasaje? La respuesta está por verse.