El alcalde de Baños de Ebro desafía al gobierno y conserva una polémica inscripción sobre la Segunda Guerra Mundial
El alcalde de Baños de Ebro desafía las órdenes del Gobierno de retirar una controvertida inscripción franquista, lo que genera un debate jurídico.

El alcalde de Baños de Ebro desafía al gobierno y conserva una polémica inscripción sobre la Segunda Guerra Mundial
En un notable desafío a las directivas gubernamentales, Francisco Javier García, alcalde de Baños de Ebro, ha optado por no retirar un controvertido lema franquista de un edificio municipal. La inscripción "Caídos por Dios y por España" recuerda a cuatro lugareños que perdieron la vida durante la Guerra Civil Española. Esta decisión ha suscitado un considerable debate, ya que contraviene claramente los mandatos del Ley de Memoria Democrática, que estipula la eliminación de dichos símbolos.
García ha enfrentado críticas luego de ignorar una queja de la Agrupación Socialista en Rioja Alavesa, que pedía la eliminación del lema a principios de este año. La Subdelegación del Gobierno de España en Álava también había solicitado esta actuación. Sin embargo, el alcalde se mantiene firme, afirmando que no cumplirá voluntariamente y descartando la idea de que la inscripción resulte ofensiva para cualquiera. Sostiene que los nombres grabados pertenecen a figuras locales y sus familias se oponen a borrar el monumento. Estos sentimientos reflejan una renuencia más amplia a enfrentar los restos del pasado fracturado de España.
Proteger la memoria colectiva
El telón de fondo de esta situación es la lucha actual de España con su memoria histórica. Como se articula en el Ley de Memoria Histórica, promulgados en 2007, estos marcos legales tienen como objetivo remediar las injusticias experimentadas durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco. La ley reconoce la necesidad de una memoria democrática compartida para sanar las heridas generacionales y garantizar que la historia no se repita.
No se trata simplemente de símbolos; se trata de cómo la sociedad elige lidiar con su pasado. La Constitución española de 1978 surgió de un consenso para superar las profundas cicatrices dejadas por la Guerra Civil y el régimen de Franco. Las iniciativas encaminadas a sanar esas divisiones son parte de un compromiso para fomentar la coexistencia democrática, fortalecer el estado de derecho y garantizar el respeto al pluralismo, como se señala en varios informes gubernamentales.
La nueva era de la memoria histórica
Con el respaldo de la reciente Ley de Memoria Democrática que entró en vigor en 2022, España ha dado grandes pasos para reevaluar su panorama conmemorativo. Esta legislación se basa en los cimientos establecidos por la Ley de Memoria Histórica y los amplía, introduciendo medidas que se extienden a los programas educativos para niños y la regulación de los sitios de memoria. Este enfoque muestra un profundo compromiso para garantizar que la victimización durante estos períodos tumultuosos siga documentada y reconocida.
Los críticos argumentan que tales leyes pueden revivir viejos conflictos en lugar de curarlos. No obstante, la perspectiva colectiva enfatiza que reconocer el pasado es esencial para una verdadera reconciliación. Mientras muchas familias todavía buscan un cierre por las pérdidas sufridas hace décadas, el debate sobre los monumentos físicos sirve como un microcosmos de las luchas más amplias de España con su narrativa histórica.
Mientras Baños de Ebro se encuentra en la encrucijada de este debate, las acciones del alcalde García probablemente influirán en las actitudes locales hacia los esfuerzos en curso para involucrarse con la turbulenta historia de España. Ya sea a través de la resistencia o la conformidad, las decisiones que se toman hoy moldean la comprensión de los acontecimientos de ayer y allanan el camino para el futuro.