Niña valiente, de 9 años, se recupera del ataque de un tiburón en la playa de Boca Grande

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Una niña de 9 años resultó herida en el ataque de un tiburón mientras practicaba snorkel en Boca Grande, Florida, lo que provocó una respuesta médica urgente y esfuerzos de recuperación.

A 9-year-old girl was injured in a shark attack while snorkeling in Boca Grande, Florida, prompting urgent medical response and recovery efforts.
Una niña de 9 años resultó herida en el ataque de un tiburón mientras practicaba snorkel en Boca Grande, Florida, lo que provocó una respuesta médica urgente y esfuerzos de recuperación.

Niña valiente, de 9 años, se recupera del ataque de un tiburón en la playa de Boca Grande

Las aguas de Boca Grande, normalmente un lugar tranquilo para que las familias disfruten bajo el sol de Florida, se volvieron caóticas el 11 de junio cuando una niña de 9 años llamada Leah Lendel fue mordida por un tiburón mientras practicaba snorkel. Este aterrador encuentro ocurrió en el Golfo de México alrededor del mediodía, justo cuando Leah nadaba cerca de la orilla con su madre y sus dos hermanos menores, a solo cuatro pies de distancia. Después de sumergirse, Leah resurgió gritando, un grito que alertaría a los espectadores sobre la terrible situación que se estaba desarrollando.

Cuando su madre, Nadia Lendel, se apresuró a ayudar, reconoció de inmediato la gravedad de la lesión. La mano de Leah estaba “casi arrancada” y sangraba profusamente, como describió más adelante. Los trabajadores de la construcción cercanos rápidamente entraron en acción, aplicaron un torniquete improvisado y llamaron a los servicios de emergencia. Los testigos informaron haber visto un tiburón de aproximadamente 8 pies, y algunos sugirieron que era un tiburón toro, involucrado en el ataque. Desafortunadamente, Leah no vio al depredador, pero sintió su poderoso tirón en su muñeca antes de que desapareciera.

Respuesta médica y recuperación

Leah fue trasladada en avión al Hospital General de Tampa, donde los médicos realizaron una larga cirugía de cuatro horas y media para volver a colocarle la mano. De acuerdo a Noticias Prensa, las rápidas acciones de los socorristas, junto con la naturaleza de la lesión infligida por los afilados dientes del tiburón, desempeñaron un papel fundamental en la exitosa reinserción. El tiempo era esencial; Los médicos destacaron que la pérdida de masa muscular podría ocurrir dentro de las seis horas posteriores a un apéndice cortado.

Después de la cirugía, Leah, animada por el apoyo de su familia y la comunidad, expresó su optimismo sobre la recuperación. “Me siento bien”, dijo una semana después del incidente, y agregó que esperaba nadar con sus hermanos una vez que se recuperara. La familia ha pedido privacidad y oraciones mientras atraviesan esta terrible experiencia.

El panorama más amplio

Si bien el encuentro de Leah es realmente alarmante, es esencial ubicarlo dentro de un contexto más amplio. Según el Museo de Historia Natural de Florida, el estado fue testigo del mayor número de mordeduras de tiburón no provocadas en los EE. UU. el año pasado, con 14 casos reportados, pero no hubo muertes. En particular, si bien incidentes como el de Leah aparecen en los titulares, el riesgo general sigue siendo extremadamente bajo. En 2024, Estados Unidos representó 28 de 47 mordeduras no provocadas confirmadas en todo el mundo, una cifra que se alinea estrechamente con el promedio de cinco años.

La actividad de las víctimas durante estos encuentros a menudo incluye nadar y hacer snorkel, y los datos muestran que dichas actividades recreativas representan un riesgo mínimo. Leah era parte de una tendencia en la que la mayoría de las interacciones con tiburones ocurren en aguas poco profundas e involucran a individuos que participan en actividades típicas de la playa.

Mientras Leah Lendel emprende su camino hacia la recuperación con la perspectiva de regresar al océano, su historia sirve como recordatorio del delicado equilibrio entre disfrutar de la belleza natural de Florida y los riesgos inherentes que la acompañan. Con vigilancia y educación continuas sobre la seguridad en el agua, las familias aún pueden encontrar alegría y aventuras a lo largo de la pintoresca Costa del Golfo.

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